Si la zona donante tras un trasplante capilar parece intacta, es porque los procesos se han llevado a cabo de una forma correcta, se ha tenido en cuenta que los folículos no son ilimitados. Por otra parte, se ha realizado un postoperatorio adecuado para que el resultado sea inapreciable y sin marcas ni cicatrices fruto de la intervención quirúrgica.
En este post nos centramos en esta zona, la que menos protagonismo tiene cuando se presentan los resultados de evolución de un trasplante capilar. Pero hay que tener en cuenta que es igualmente importante. Una zona que exige unos cuidados postoperatorios que se deben seguir al pie de la letra y un saber hacer durante la intervención que marca la diferencia. Cada vez recibimos más casos en consulta en los que una mala praxis durante la cirugía ha provocado en el paciente daños irreparables en el cuero cabelludo. Otras veces se ha llevado a cabo una extracción inadecuada/excesiva en determinadas zonas.
Zona donante y zona receptora intervienen en el proceso de trasplante capilar
El injerto es un procedimiento quirúrgico que se realiza para tratar diferentes tipos de alopecia, tanto en hombres como en mujeres (con sus peculiaridades). En esta cirugía, intervienen tanto la parte donante, de la que se extraen los folículos, como la parte receptora, que recibirá las UFs (unidades foliculares) de la anterior.
Es fundamental que ambas zonas sean tratadas adecuadamente para que el resultado final sea el correcto.
Preservación de la zona antes y después de la cirugía
Preservar la zona donante es importante para garantizar un buen resultado en cualquier trasplante capilar. Los folículos que se extraigan no volverán a crecer y por eso es necesario hacerlo teniendo en cuenta la densidad como paso previo a la cirugía, y realizando los cuidados postoperatorios indicados después, que nos permitan que la zona se recupera correctamente y la extracción realizada pase completamente desapercibida.
En un trasplante capilar con técnica FUE, las unidades foliculares se extraen, atendiendo a los procesos más adecuados a lo largo de la zona donante, una a una, de una forma dispersa y muy estudiada.
Si la zona donante parece intacta tras la cirugía es porque la extracción se ha realizado de forma correcta. En un primer momento, valorando si el paciente es candidato a no a un trasplante capilar, después durante el proceso de extracción de los folículos en el quirófano según la densidad de cada paciente y, por último, durante el postoperatorio.
Tras realizar el trasplante capilar, en quirófano, se aplica al paciente una crema corticoide para que la zona donante cicatrice correctamente. Se aplica una ligera capa y se cubre la cabeza con una gasa que no se retirará hasta pasados dos días de la intervención. En los días sucesivos, se realiza cuidados diarios con champú de betadine y se continúa aplicando la crema.
Estaremos encantados de recibir vuestras consultas y dudas sobre el trasplante capilar.
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